México 2014 - Días 4 a 8

MÉXICO 2014

(III) 

 

Tras la visita a las ruinas de Tulum le tocó el turno a nuestro primer cenote, el cenote de Chak-Mool, seguido de una visita a la playa de Akumel.

A la salida del cenote fuimos en busca de un lugar para comer y paramos en el pueblecito de Akumel, que nada tiene que ver con la zona de la playa. Dos contrastes muy diferentes donde se aprecia la diferencia de México al México-Turístico. Y aquí pillamos la comida para llevarnosla a la playa.

Respecto a Akumel playa, es famosa porque se pueden ver tortugas a 20 metros de la costa. Y así fue. No teníamos cámaras para el agua disponibles en ese momento, pero para la próxima vez recogeremos unas cuantas imágenes. También había mucho pelícanos en  la zona.

Al día siguiente le tocó el turno a la playa de Puerto Morelos, donde disfrutamos de una buena comida con pescadito de zona y un ratito de sol, que ha cogido la fea costumbre de querer echarnos a las cuatro de la tarde. Un buen bañito en aguas turquesas, la comida, una reposadita y luego a casa a descansar. Posterior visita a Rocío en la plaza de Puerto Morelos donde estaban todos los puestoos del mercadito, incluído el de Valerio.

Y como nos parecía poca playa, pues cogimos la puerta al día siguiente y nos fuimos Elena y yo a Escarcel, playa situada en una reserva natural donde desovan las tortugas, cuando les toca. Difícil de encontrar el acceso por no estar señalizado, merece la pena ir y disfrutar de su blanca arena y aguas turquesas. No pudimos bañarno por el fuerte oleja y tampoco estuvimos mucho timpo, pues la playa la cerraban a las 17.00 horas (no ovidemos la nube de las 16.00 h.). Pero bueno, fue un placer estar un rato a solas en la playa con ella y comernnos unos "bocadillitos".

Al día siguiente, el cenote Manatí. Comimos en un bar junto al cenote y con vistas al mar, donde el cenote y el océano se encontraban, con la barrera de coral al fondo y muestras de éste en la arena. ¿Qué más se puede pedir? Para terminar el día, visita a Chemuyil, en busca de las ruinas perdidas. Y tan perdidas que no tienen, digan o que digan los carteles de la carretera. Pero sí cenotes.